No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.
- Gálatas 6:7
La gran alerta de este versículo recae sobre el engaño de pensar que podemos engañar a Dios. La ley de la siembra da una enseñanza muy clara: todos reciben los frutos de aquello que plantaron. Cada nuevo día tenemos la oportunidad de actuar bien, de plantar cosas buenas movidos por el Espíritu de Dios. Pero, que sea o no sea así, es nuestra decisión personal...
La Biblia nos muestra un sinnúmero de ejemplos de justicia y de las consecuencias que traen todas nuestras actitudes. Para sembrar bien necesitamos decidir cuáles semillas sembraremos y en cuál suelo. Todo es cuestión de escoger. Planta buenas semillas en suelo fértil y ten la certeza de que recogerás buenos frutos.
Comienza hoy a plantar buenas semillas:
Observa qué tipo de semilla has sembrado. Si has plantado mal y recogido lo que no te agrada tal vez sea hora de cambiar de actitud. Pídele perdón a Dios.
Revisa cómo te has comportado (con Dios, con tu familia, en el trabajo, con los amigos, etc.) y busca plantar siempre buenas semillas bajo la dirección de Dios.
Ora para que tus semillas puedan bendecir la vida de otras personas además de a ti mismo.
Siembra buenas semillas hoy de forma práctica: sé gentil, muestra gratitud, ayuda a alguien, perdona, demuestra amor.
Estudia la Biblia y descubre cómo plantar de forma agradable a Dios.
Conversa con hermanos en Cristo y comparte con ellos la intención de producir buenos frutos para Dios.
Para orar:
Amado Dios, sé que tú conoces mis actitudes. Nadie puede esconderse de ti y no hay manera de engañarte. Perdona mis malas intenciones y las decisiones equivocadas que he tomado hasta aquí. Ayúdame a plantar siempre buenas semillas. Que yo aproveche siempre las oportunidades de sembrar cosas buenas en la vida de otras personas. Gracias porque me ayudas y me enseñas a recoger buenos frutos que te agradan. En el nombre de Jesús, amén.
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