Hebreos 13:16
"No se olviden de hacer bien ni de la ayuda mutua, porque éstos son los sacrificios que agradan a Dios."
Podemos engañar a las personas pero nunca a Dios. Podemos dar el mejor show del cristiano perfecto haciendo cosas buenas para aparentar, o solo aquellos que nos conviene, pero a Dios eso no le importa. Recordemos que todo lo que hagamos para Dios no es porque lo necesite. Dios no nos necesita, Él es Dios, Él es todo y todo está bajo su dominio. Las acciones vanas o de un corazón endurecido no le apelan. Dios examina los corazones, Él sabe las intenciones detrás de lo que hacemos y no quiere meros actos buenos, sino un corazón sincero que también ame a las personas, que lo refleje al amor a los demás, al ser servicial y ser un verdadero seguidor de Cristo amando con genuinidad al prójimo. ¡Tengamos esto en mente siempre!
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