¿Dios te ha dado alguna promesa? ¿Has imaginado como sería verla cumplirse?
Pues bien, Dios no solo planta promesas y sueños en nuestros corazones, Él es sobrenatural, va mucho más allá, rompe esquemas y expectativas. Cada palabra y anhelo (en su voluntad) son llevados a otro nivel.
Ahora, aunque no podemos ver, reconocemos que Él está obrando, que Él ha transformado nuestra tristeza en alegría, ha roto nuestras cadenas y nos ha hecho más que vencedores; así que alégrate, es momento de caminar por fe, de entender que para Dios nada es imposible y que su palabra jamás vuelve vacía.
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