Esta es la oración al Dios de mi vida:
que de día el Señor mande su amor,
y de noche su canto me acompañe.
(Salmo 42:8)
¡Nuestro Dios es maravilloso! Él está siempre a nuestro lado sea de día o de noche, sean días buenos o días malos.
Dios desea que lo invitemos a hacer su morada en nuestro corazón. Invítalo, búscalo y lo hallarás. Que ese sea tu primer pensamiento del día y tu último deseo durante la noche: sentir la presencia de Dios.
La presencia del Señor nos tranquiliza el espíritu y nos ayuda a estar llenos de confianza durante todo el día. Por la noche, su presencia nos calma y nos trae paz dándonos un descanso sereno. ¡Con Dios, todo el día es bueno para aprender y crecer!
Todo el día con Dios
Al levantarte por la mañana empieza agradeciendo a Dios por la oportunidad de comenzar el nuevo día.
Intenta reservar algo de tiempo durante el día para meditar y orar. Puede ser antes de alguna comida o durante el trayecto al trabajo.
Trata de orar antes de dormir, dale gracias a Dios por la noche de descanso. Un corazón agradecido atrae la presencia de Dios.
Para orar:
Señor Jesús, gracias por tu favor sobre mi vida. Durante el día tu presencia es indispensable. Y por la noche, tu presencia me conforta. Sé que puedo dormir tranquilo pues tu amor me cubre. Muchas gracias, Jesús. Amén.
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