1 Corintios 3:6
“Yo sembré, y Apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios.”
Cuando se trata del reino de Dios, todo se trata de Él. Amo las palabras de este versículo porque a veces somos muy prontos para buscar reconocimiento y posicionamiento sin entender que todo es por y para Él. Aunque tú y yo nos esforcemos, trabajemos y veamos que lo que estamos haciendo está teniendo resultado, debemos recordar que es Dios quien da el crecimiento. Tú y yo somos sus instrumentos pero Él es quien hace la obra.
Esto aplica tanto para no poner la mira sobre el hombre, y tampoco buscar que los hombres nos miren a nosotros. Seamos intencionales en siempre darle la gloria y honra a Dios por sobre todas las cosas.
No caigamos en las maneras en las que el mundo busca ser vistos y alabados sino que reflejamos el carácter de Cristo en humildad y sumisión a Dios. Esto nos costará morir a nosotros mismos continuamente pero cuando parezca difícil o nos demos cuenta que hemos caído en estar buscando el agrado de las personas, podemos pedirle a Dios que nos ayude en nuestra debilidad.
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